Todo en América Latina se deteriora y este lunes sacerdotes ordenados de Nicaragua pidieron irse del país tras la persecución del régimen del dictador Daniel Ortega.
Desde el año pasado la dictadura sandinista inició una arremetida contra la institución religiosa que incluyó la ilegalización de organizaciones, cierre de varios medios católicos y el procesamiento de un obispo.
Los sacerdotes extranjeros ordenados en el Seminario de Managua han solicitado marcharse a sus países, lo que “merma” la labor de la Iglesia en Nicaragua, dijo el domingo el cardenal Leopoldo Brenes.
“Los sacerdotes que han salido del Seminario, los catecúmenos ordenados aquí, han querido regresar a sus países”, dijo Brenes en su homilía de la misa dominical en la Catedral de Managua, un día después de que ordenara a 11 nuevos religiosos.
“Si se ordenan pero quieren regresar para servir [en sus países], están en libertad y yo les voy a dar la excardinación” pues lo importante es servir” y “yo no soy dueño de la vocación” de ellos, agregó el arzobispo de Managua.
El cardenal citó el caso de un sacerdote chileno entre los que se marcharon, pero no mencionó la razón para el éxodo de los nuevos religiosos ordenados en un país donde la Iglesia ha sufrido los embates del régimen de Daniel Ortega por silenciar las voces críticas.
Rechazo desde Honduras
Por su parte, el cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez, lamentó este domingo que muchos miembros de la Iglesia católica de Nicaragua sean acusados “injustamente” por una “justicia mal administrada y manipulada”.