Presidente Luis Abinader reinaugura carretera de Martín García a Santiago Rodríguez construida hace 107 años y más 70 de ellos abandonada.

 

Observancia: No tengo compormiso con nadie al escribir esta reseña.

No lo tengo con el presidente Luis Abinader a quien ni siquiera conozco personal.

Tampoco tengo compromiso con dirigentes del PRM y menos con autoridades “insípidas”.

La verdad y la realidad hay que ponderarla

El momento induce, a “abrazar al cambio como a un nuevo amigo”, “entender el ciclo oportunidades”, “a poner en práctica lo aprendido en el pasado”, “ampliar lo ya sabido”, “pulir lo que está en bruto”, “dar el real viraje para crecer” y tener un panorama claro los momentos emocionales que durante décadas vivieron millares de personas en esas comunidades”.

La inversión ha sido de RD$1,121,908,266 en la carretera Martín García a Santiago Rodríguez reabren la ruta de la conectividad.

Por Marcelo Peralta

Al invertir la suma de RD$1,121,908,266 en la carretera Martín García a Santiago Rodríguez, el presidente Luis Abinader cierra un ciclo y reabre la ruta de la conectividad, desarrollo y progreso que mantuvieron aislada a zonas productivas distantes a 19 kilómetros.

El presidente de la República, Luis Abinader ha cerrado una etapa de 107 años de inicio de esa obra, que ahora ha cerrado una etapa histórica y trascendental.

La reconstrucción y pavimentación, estuvo a cargo de la empresa Gil & Gil Constructores.

La vía fue construida por primera vez el día 1 de noviembre del año 1915 la que llevaba 107 años y decenas de ellos sin transitar, aunque era habilitada, reconstruida y abandonada por décadas

Abinader hizo la promesa de acondicionarla cuando ni siquiera había ganado las elecciones del año 2020, y ya a dos años de su gestión cerró una etapa de atraso, asilamiento y reabre el avance, desarrollo, acercamiento y expansión del progreso.

Luis Abinader, es el número 54 en ocupar el cargo presidencial desde el año 1844 al 2022 y de los 67 que han estado de manera constitucional y provisional con la iniciativa ha “roto” el aislamiento de decenas de años dos pueblos hermanos que intercambiaban mercancías diversas por esa vía.

Cientos siete años después, moradores podrán reanudar el desplazamiento vehicular, caminar con fluidez, restablecer las relaciones comerciales, dinamizarlo,  desarrollar actividades deportivas, culturales y turísticas.

El ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Ingeniero Deligne Ascención, resalta el recorrido que antes duraba horas interminables entre Santiago Rodríguez y Montecristi se hará a una velocidad moderada en 45 minutos.

Detalla por esta carretera se disminuye el largo trayecto que tenían comerciantes y viajeros de Montecristi usando la vía que conduce a Dajabón y Copey.

La distancia era riesgosa por estar cerca de la frontera con Haití, gastaban más combustibles y duraban horas interminables en reccorrer el trayecto.

La friolera invertida es de RD$1,121,908,266 conectando al municipio Sabaneta, provincia Santiago Rodríguez, con zonas agrícolas, tabaqueras, ganaderas, deportivas que unen a Martín García y el municipio San Lorenzo de Guayubín en Montecristi.

Esta obra impacta directo a zonas productivas Machete, Guayubincito, Cayucal, Cabeza de Toro, La Breña, La Vuelta, Canoria, Pretiles, Merete y Monte Abajo en la provincia Montecristi y de manera directa los reenlaza con el municipio de Sabaneta, campos adyacentes con una población habitacional de 50 mil personas.

Los trabajaos de reconstrucción, pavimentación y readecuación tuvieron a cargo de la empresa Gil & Gil Constructores.

Histórica:

Datos del arquitecto, catedrático universitario y escritor, Ricardo González Quiñones, la vía la comenzaron el día 1 de noviembre del año 1915 desde Santiago Rodríguez hasta el paraje “La Gata”, situada en el municipio San Lorenzo de Guayubín.

El costo fue de 2 mil pesos por la que podían transitar el transporte de mercancías especial sal marina en burros, caballos y mulos.

Lo trascendental de esta carretera es que para repararla no requirió de puentes, porque entre los municipios San Lorenzo de Guayubín y Sabaneta no existen ríos, sino que ´pr sus laterales los bordea el Yaque del Norte.

Tras la gestión del presidente Rafael Leónidas Trujillo al poder, esa vía tuvo su mayor auge en los años comprendidos 1938, 1940 y 1941 debido al flujo del intercambio comercial entre las provincias Montecristi y Santiago Rodríguez.

Más.

Personalidades que vivieron por décadas en las comunidades Tomines, Cajuiles, Zamba, Sabana Arriba, entrada La Breña, Martín García, La Gata, Mangá y Guayubín, testifican hubo intentos múltiples para lograr rehabilitar esa vía con resultatos infructuosos.

Recuerdan, fue evaluada, pagada a contratistas en decenas de ocasiones, quienes hacían “allantes” con equipos pesados, obreros y luego procedían retirarlos abandonaban los trabajos, se marchaban con los bolsillos llenos de dinero emgañando al Eastado, la sociedad ante la complicidad de autoridades.

Respiro:

Este nuevo ciclo en que se ha reconstruido y embellecida la vía inicia un nuevo proceso de vida que comienza con el desarrollo y proseguir a un mejor porvenir.

Tras esas etapas de atrasados, millonarias sumas de dinero pérdidas que implicó transportar cosechas de rubros, leche, ganado, murieron personas por falta de atenciones facultativas especializadas debe servir de experiencia y conciencia.

Tras años arruinaron el porvenir de miles de niños, adolescentes, jóvenes y adultos impedidos de realizar actividades deportivas, culturales, estudiar y la cantidad de personas njoitables que murieron por falta de asistencia médica.

Ese ciclo que estuvo permanentemente “interferido” como una llave goteando esperando que alguien con sensibilidad humana acudiera a cerrarla, debe servirnos de “paradigma”.

Para lograr ese objetivo, debió aparecer la poderosa fuerza y voluntad humana del presidente Luis Abinader en acabar con esa “inercia”, lo que permitirá ahora millares de personas puedan emprender la “aventura de lo bueno por conocer”, por quienes vivieron esta incertidumbre.

El ciclo se ha cerrado, ahora queda enfrentar los restos del devenir, vivir la nueva realidad de manera consciente, en júbilo y paciente.

Hacer balances, abandonar el pasado, amarguras, estancamientos, rememorizar las tristezas que hicieron desvanecer y desaparecer ilusiones.

Terminado el viacrucis, se impone construir una memoria sobre lo vivido, porque los ciclos no se cierran “metiendo la cabeza en la tierra al estilo del avestruz”.

Tampoco dando la “espalda a lo que sucede para evitar sentirse mal”.

Es repasar cada una de las vivencias que “troncharon ilusiones”, evaluar y valorar los protagonistas gestores de canalizar, identificar la necesidad de terminar esa vía.

Analizar los resultados de momentos relevantes, sensaciones experimentadas en el pasado, hacer balance, evaluar vivencias positivas, complicaciones que originaron el aislamiento y qué se aprendió y qué no.

Enfocar qué aportó ese viacrucis al descrecimiento social, cómo desmejoró la calidad de vida, en qué dimensión afectaron las limitaciones, las causas que dieron origen de que si esa era la mejorar manera de vivir en esas condiciones.

El momento ha enseñado que ahora se impone emprender el principal objetivo de cerrar determinado ciclo.

A vivir en paz el pasado inmediato, seguir adelante sin que lo “vivido nos afecte”, “ni permita que invada el presente” y mirar con fe el porvenir”.

Esta gran obra del presidente Luis Abinader, debería ser el comienzo, el “foco de atención de interés mundial”, porque ha logrado sacar del atraso a miles de personas “truncadasd durantre decenas de años”.

Las novedades no tienen razón en asustarnos, lo normal es, que implique un desequilibrio inicial, que en poco tiempo ha revelado sus bondades.

Mover lo conocido a lo incierto siempre tiene un toque de aventura, supone aprendizajes, sorpresas, supuestas adaptaciones, que en ocasiones, “los cambios” dan mucho más de lo que nos quitan.

El momento induce, a “abrazar al cambio como a un nuevo amigo”., “Entender el ciclo de oportunidades por llegar”.

“A poner en práctica lo aprendido del pasado”. “Ampliar lo ya sabido”.

“Pulir lo que está en bruto”. “Dar el real viraje para crecer”.

Y tener un panorama claro los momentos emocionales vividos por décadas en esas comunidades”.

Prevalece poner fin emocionalmente a etapas de vidas pasadas en agonía.

Pensar en el nuevo ciclo. Analizar en cómo se van a sentir de ahora en adelante aquellos que vivieron “comiendo polvo en tiempos de sequía” y “cuando llovía en medio del lodazal”.

Conlleva sentimiento hacer una simple descripción de la reacción emocional en esta primera fase en aspectos positivos y negativos entre quienes disfrutan de una carretera nueva.

Recordar, intentar avanzar, salir hacia adelante, analizar criterios, objetivos y sentimientos y evitar anteriores errores, fracasos inherentes a la vida, mantenerlos fuera de la memoria, “dejar a un lado lo que no sirve” y “conservar lo que tenga sentido”.

El ser humano debería advertir hechos significativos que lo lleven a pensar en la etapa en que se refleje el rumbo, dando solidez a la estructura física que lo postró por décadas y cerrar el ciclo a la salud mental.

Jamás se debe confundir frente al porvenir, “porque lo que se fue, hay que darle una sepultura de primera y decirle adiós”.

A lo nuevo, hay que recibirlo con los “brazos abiertos y darle una bienvenida en el corazón”.

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Ozema Méndez

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